Si hay un olor desagradable que todo hostelero intenta evitar en su establecimiento es el de los fritos. El olor a "fritanga" no sólo da una imagen de suciedad para tu restaurante o bar, sino que muchos clientes se quejarán y no volverán si además de salir sabiendo que han pasado un buen rato con sus amigos, se llevan a su casa el terrible olor en la ropa. Es fundamental eliminar el olor a frito desde su origen: la cocina. Para ello es fundamental tener siempre la puerta cerrada y utilizar extractores de humos para hostelería . En todo caso, una buena ventilación es fundamental. Pero no utilizar freiduría es casi imposible en cualquier establecimiento, por eso, un consejo es introducir en la sartén perejil seco. Después, añadiremos aceite dejando que el perejil se empape. Con este truco conseguiremos que los fritos que hagamos no huelan tanto. Otros dos elementos que evitarán que nuestras sartenes desprendan un fuerte olor a aceite frito son el limón y la manzana